Introducción
El forero "MASCARADAIII" elaboró un hilo expresando algunas sentencias supuestamente lapidarias sobre la Biblia. Se trata de este mismo:
Aunque sus tesis argumentales son descaradamente escuetas, un hombre que no ha reparado en la lectura de las escrituras puede ser susceptible a secundarlas; por eso he tomado la determinación de contrarrestar algunas de sus mentiras con la propia Biblia, el libro al que se propone "destruir".
Advierto que mis contraargumentos no se adscriben a ninguna confesión del cristianismo en concreto, me constreñiré a los 66 libros que componen la Biblia .
Los primeros argumentos de MASCARADAIII
* Podéis leer los versículos que cito si clickais sobre ellos
- También es lícito destacar que yo como hombre me puedo subir a una montaña y hablar a los allí reunidos elevando la voz, pero que un Dios no pueda hacerlo con todo un planeta, necesitando a miles de hombres para que lleven su mensaje roza mi inteligencia más profunda.
El forero no cita el versículo al que está aludiendo. Se trata del allegamiento de Dios en Éxodo 19, cuando Él se pronuncia ante Moisés y Aarón, para preceptuar los 10 mandamientos sobre el Monte Sinaí.
Eventualmente, sería Moisés quién escribiría el Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio), pero mediante los procesos de inspiración divina - venida a través del Espíritu Santo - y la acomodación orgánica - el mecanismo que usa Dios, un ser infinito e incognoscible, para adecuar su lenguaje a los hombres, que somos finitos - .
Pero ¿por qué Dios, en vez de hablar con el mundo entero, se pronunció solo ante Moisés y Aarón?
Hay tres razones que responden a esta pregunta:
1. El pacto perpetuo, que se consagra con Abraham, establece que solo su descendencia sería el pueblo que adoraría a Dios, "el pueblo elegido de Dios", tal y como indica en reiteradas ocasiones el Antiguo Testamento:
Dios no pudo actuar como un "megáfono" a nivel mundial, porque aún el mundo no estaba preparado para escucharle. El hecho de que la venida de Jesucristo sea tan trascendente históricamente estriba en que detona un desencadenamiento de la cristiandad globalmente.
2. De hecho, todo el pueblo de Israel pudo escuchar a Dios hablar según Éxodo 9:9 ("Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también crean para siempre"); esas palabras luego fueron escritas y formaran parte de los diez mandamientos.
En ese tiempo, la única manera viable de perdurar la sapiencia de Dios era escribiéndola. No había otro modo. Incluso si Dios hablara al mundo entero con su voz y palabras, sería menos efectivo que plasmar su palabra en la Biblia.
3. Si no crees en las escrituras, no creerás en Dios ni aún viendo resucitar a un hombre con tus propios ojos.
Si carecemos del credo en el Señor, nuestra predisposición sesgará cualquier acontecimiento, por milagroso que parezca en primera instancia: por ejemplo, los hombres de hoy contemplan el mundo, y en vez de maravillarse por la gloria de su creador, arrogan tal portento al azar.
Lo mismo pasaría si el mundo entero escuchara la voz de Dios.
En este aspecto también influye significativamente nuestro libre albedrío, pues Dios no nos puede obligar a amarle. Somos nosotros quienes tenemos que acudir a él, y no hay mejor manera que acudiendo a las escrituras.
Dios nos envió a los profetas para escribir sus mandatos, y hacerlo acomodándose de forma perfecta al contexto histórico, cultural y humano. Lo hizo así porque, desde la caída del hombre - que se retrotrae a Adán y Eva - hemos perdido la comunión con Dios